Un blanco inesperado...pero legitimo
de la violencia citadina...que nos aturde.
Ojos exaltados...los que vieron
He aquí el acusioso sabueso...caótico como ninguno
Las experticias nunca mienten
La victima, llámese también occisa, difunta
muerta, finada. Como se llame ya no se llama
solo un cuerpo sin alma.
El indiciado, llámese el presunto victimario, el asesino. En pocas palabras el gran carajo que la mato.
¿Que sórdido desenlace os puede imaginar un mórbido lector atrapado en la disyuntiva intrínseca y subliminal de ser uno de estos personajes?
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