¿Sera cierto esto...?

La reivindicación de Judas.

En todos los evangelios reconocidos en el Nuevo Testamento - Marcos, Mateo, Lucas y Juan-, la figura y acción de Judas, fue condenada y execrada constutuyendo una acción que personifica al Demonio.

TREMENDA conmoción ha causado en el mundo cristiano la aparición del "Evangelio de Judas" en un manuscrito redactado en un papiro -casi destruido por la acción del tiempo- en lenguaje copto, y que expertos restauradores tratan de reconstruirlo para poder descifrarlo en su totalidad. El sensacional documento -comprobada su antigüedad y legitimidad por medio del carbono 14- transforma a Judas Iscariote, del ser más repudiado y miserable de la historia humana, en un fiel y abnegado cumplidor de las órdenes de Jesucristo. En todos los evangelios reconocidos en el Nuevo Testamento -Marcos, Mateo, Lucas y Juan-, la figura y acción de Judas, fue condenada y execrada, constituyendo una acción que personifica al Demonio. San Lucas señala: "Estaba cerca la fiesta de los panes sin levadura, que se llama la Pascua. Y los principales sacerdotes y escribas buscaban como matarle -a Jesús-, porque temían al pueblo. Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce. Y éste fue y habló con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entregaría. Ellos se alegraron, y convinieron en darle dinero. Y él se comprometió, y buscaba una oportunidad para entregárselo a espaldas del pueblo". San Juan se refiere al hecho de la siguiente manera: "De cierto, de cierto os digo que uno de vosotros me va a entregar. Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quien hablaba. Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A éste, pues, hizo señas a Simón Pedro, para que preguntase quien era aquel de quien hablaba. El entonces recostado, cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor ¿quién es? Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquel es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: lo que vas a hacer hazlo pronto".
Como se evidencia, Jesús estaba al tanto y consciente de su destino -preconcebido y de acuerdo a su misión redentora-, ahora en el "Evangelio de Judas", los traductores afirman que Judas sólo hizo lo que le ordenaron, ya que era el más apreciado por el "Hijo de Dios". Hasta ahora la Iglesia Cristiana no se ha pronunciado -oficialmente- al respecto, y nos imaginamos el trascendental dilema en que se encuentran sus jerarcas. 2000 años repitiendo y "celebrando" la traición y la "quema de Judas", cuando la ciencia -una vez más- coloca en entredicho el dogma cristiano. Por otra parte, la descalificación de la Iglesia de los evangelios "apócrifos", que se han conocido porque fueron escritos y difundidos en el "Knebra Naget" o "Biblia Negra" abisinia y otras tales como la "Biblia Copta" en dialecto sahídico; han dado a conocer los evangelios de María Magdalena, Tomás y Juan -otro, que no es el conocido evangelista- que contienen serias contradicciones entre las aseveraciones de unos y otros.
Judas, pues, revive con la revelación de este polémico evangelio, de carácter gnóstico y monofisista, -el cual sostiene que Jesús era un hombre con una sola naturaleza, en contraste con la doctrina del concilio de Caledonia (451) el cual enuncia la dicotomía divina y humana de Jesucristo-, que ha despertado apasionamiento y debates sobre esta "papita caliente" que tienen pomponeando en sus manos los fanáticos de la infalibilidad del Papa y de la Iglesia.
Lo que es rigurosamente cierto es que varios autores contemporáneos han colocado a la religión católica -en especial- en muy difícil situación; los mitos, dogmas y enigmas, no explicados satisfactoriamente en el transcurrir de los siglos y que los prelados calificaban como "misterios de la fe", se derrumban ante serias investigaciones y revelaciones, que colocan en la picota pública a organizaciones secretas -como el Opus Dei-, con sus arbitrarios procederes y actuaciones avaladas por pontífices, a espaldas de la feligresía, y la curia en general. Judas regresa, o mejor dicho ha vuelto, desde las antípodas cristianas, para defenestrar a sus seculares detractores y en busca de su reivindicación...