A R.R
Demude mi rostro
y mis otroras dedos trémulos
no resbalaron más en la verja
tratando de entrar a mi casa
ni regrese de bacanales al amanecer
ni padecí los estertores del “delirium tremens”
y hasta me deje de escándalos y anarquía
solo por pensar que bien valías la pena
no tarde desentrañe el fiasco
pero siempre quedo el hombre nuevo
y hasta el adiós…
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