cosas que pasan...

Leyendo un post de fedosy Santaella en su caja virtual: http://fedosysantaella.blogspot.com sobre el ascensor, me vine acordar de una anécdota que me sucedió hace algunos años en Caracas. Uno siempre se acuerda de las cosas por analogía, cuando ve, escucha o lee algo parecido. Así me acorde yo cuando fui a visitar a un amigo que estaba recluido en la clínica Loira del Paraíso. Nos montamos varias personas en el ascensor entre ellos dos hermanitos, un varoncito y una hembrita sobrinos de mi amigo en cuestión. Conocidos éramos como seis personas aparte de otras que también abordaron. El niño como de cinco años, la niña como de tres. A el se le veía lo tremendo por encima, a ella lo tímido. A simple vista se veía asustada la niña y lo estaba. Cuando el ascensor se cerro y empezó a subir ella se recostó de una de las paredes del ascensor, el hermano la vio y con una sonrisa maliciosa, señalándole, le dijo en alta voz. “¡uuuh…! esta cagada”. Los presentes apenas pudimos contener la risa. Pero a la verdad comenzó a heder mal...y era cierto…ya no hubo remedio.